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Debates sobre las rreentadas ilimitadas

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La posibilidad de hacer reentrada en un torneo es, a día de hoy, una de las decisiones más importantes que debe tomar un organizador.

Afecta en mucha mayor medida al desarrollo de un torneo que en la simple aritmética de la suma de registros. Tiene profundas implicaciones estratégicas en el juego, estructurales para el desarrollo de la partida e influyen enormemente en la decisión sobre sí jugarlo o no para una buena parte del field.

Sobre las reentradas se ha escrito mucho. Todos estos factores que ahora reconocemos como parte de la discusión han sido aportados con el tiempo por diferentes partes con diferentes intereses en el tema. Lo que distingue la opinión de Kenny Hallaert de la del resto y le hace hueco en la portada es una condición única a su persona.

Hallaert es el único jugador que se nos ocurre que simultanea un trabajo como director de torneos en su Bélgica natal con una agenda completa de torneos en el circuito. Su perspectiva sobre un asunto tan partidista es la más global que se puede encontrar. Además, como todos los años elabora una hoja de Excel que contiene todos los torneos que se juegan en Las Vegas durante el verano, como guía para el viajero pokeril, se puede afirmar que es uno de los mayores conocedores de las estructuras que ofrecen todos los casinos de la ciudad.

Lo que a Hallaert no le gustan nada son las reentradas ilimitadas, formato que está imponiéndose en los torneos de Las Vegas desde hace unos años hacia acá.

Las quejas de Hallaert van más dirigidas a los festivales del Strip que a las propias WSOP, que desde los controvertidos titulares sobre los récords de recompra de jugadores como Negreanu llego hacer 46 en un torneo, hizo desaparecer estos torneos de su calendario. Aunque amenazan con volver, como ocurre este año ya en el DOUBLE STACK.

Sin más dilación, vamos a ver qué opina.

Me gusta que haya tantos eventos en marcha en Las Vegas durante las WSOP. Nos da a los jugadores una gran libertad de elección si no hay nada que querramos jugar en el Rio o si nos echan pronto de un torneo.

Sin embargo, no me gusta que casi todos estos torneos tengan entradas ilimitadas. Creo que está bien para determinados eventos que garantizan una bolsa de premios muy grande, pero hasta los pequeños tienen reentradas ilimitadas.

Puedo verlo desde la perspectiva de la gente que los organiza, pero creo que un montón de jugadores, especialmente los recreacionales, no son muy aficionados a este formato. Tener que pelear todo el rato con jugadores más experimentados y con bankrolls mucho mayores les pone en desventaja. También es mucho más probable que se tengan que enfrentar a una competencia mucho más dura en fases más avanzadas del torneo y a largo plazo la economía del poker sufrirá por ello. Que solo cobre el 10-11% de los jugadores, con unos pagos muy orientados a premios mucho más grandes para el primero tampoco ayuda.

El registro está abierto por una cantidad de tiempo tal que se convierte en más rentable para el jugador registrarse en el último momento porque cada vez es más cerca de los premios, hasta el punto en que el valor de un stack inicial es mayor que el precio del buy-in.

Yo siempre he sido un defensor de los freezeouts, aunque juego torneos con reentradas y las pago si creo que que el valor es bueno para mí. Los freezout son un reto mayor y se juega una forma más pura de poker durante el periodo de registro.

Incluso en festivales individuales se ven un montón de reentradas ilimitadas. Si esos torneos fueran freezeouts habría espacio para más paralelos, más ganadores y más historias felices. Incluso cuando te clasificas en una de las tandas iniciales, te quedas sin nada que jugar porque el salón está lleno durante varios días con los subsiguientes días 1.

Espero ver como esta tendencia cambia en el futuro y vuelve a como era hace una década, pero supongo que estoy peleando una batalla perdida.

El tuit de Hallaert ha tenido mucha aceptación. Las posturas están mucho menos distanciadas que hace unos años, porque la reentrada única ya está universalizada -el EPT, el único circuito internacional que seguí haciendo eventos principales freezeout, la ha adoptado esta temporada-, y se ha demostrado suficiente para que el profesional obtenga un valor suficiente para su viaje y el recreacional no pelee en demasiada desventaja.

El conato más importante de desavenencia se ha producido entre Hallaert y Doug Polk, pero ha sido a colación del comentario sobre el reparto de premios. Polk piensa que debe seguir desequilibrado hacia los primeros puestos. Hallaert le contestó con us desglose ideal: una minicaja de 1.7 veces el buy-in, el doble del buy-in asegurado para el 10% del field y al menos 10 veces el buy-in para el noveno puesto en adelante. Y a encajar cifras.

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