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Los tells

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Muchos jugadores (la mayoría que son nuevos en esto) sienten que todo se trata de que no te descubran a la hora de bluffear y que no revelen tus tells.

Con frecuencia escucho decir “nunca voy a poder ser un gran jugador. Tengo pésima cara de poker”. O, “nunca voy a poder ser bueno. No puedo mentir ni encarar un bluff con mi cara”.

Bueno, esta columna puede ser un despertar placentero. Por más que sea importante evitar dar mucha información con el lenguaje corporal, no es el factor más importante a la hora de jugar poker. De hecho, apostaría a que un jugador de clase mundial podría ser ganador en límites bajos incluso si anunciase su mano en el turn. Por supuesto que esto funcionaría solamente si sus oponentes no siempre le creyeran. Creo que se entiende la idea.

Entonces… ¿Qué es esto? ¿Qué separa a los jugadores promedio de los buenos y qué separa a éstos de los grandes jugadores? Bueno, obviamente, reconocer un tell es un factor pero no el más significativo. La respuesta es: la habilidad para leer la mano; la habilidad de procesar la información que obtuviste de tu adversario en manos anteriores y saber usar esa información en su contra. Entender los patrones de apuesta de tus adversarios y saber qué es capaz de hacer en diferentes situaciones simplifica las cosas. Entonces, cuando alguien te habla de “leer gente”, en realidad hace referencia a meterte en la cabeza de tu oponente e intentar descifrar cómo actuaría ante diferentes situaciones. No te habla acerca de que cuando John tiene un proyecto a color, come galletitas Oreos sin antes abrirlas, o cuando tiene par mayor sólo le saca la crema y después se la come. Ese seguramente podría ser un tell pero obviamente son mucho más frecuentes en las películas que en la vida real. Sin embargo, algunos pros sostienen que su mayor habilidad es “mirar a través de tu alma”; eso es, saber qué cartas tenés con tan solo mirarte. Esto puede ser cierto en casos en los cuales los jugadores exageren sus tells, pero la gran mayoría de los grandes jugadores hace su lectura en base a la apuesta que enfrenta y no en base a “tics” faciales.

No debería decirte esto pero te lo voy a decir de todas formas. Es una simple táctica de miedo que muchos pros utilizan para hacerte sentir incomodo. Piénsalo: cuando haces una apuesta (no importa si es un bluff o no) y tu oponente tira su mano inmediatamente o te paga de inmediato, ¿no es intimidante? No, la verdad que no. Bueno, ¿qué pasa si se toma un tiempo extra? Te mira de arriba a abajo. Cuenta sus fichas como si estuviese por hacer un raise. Bien, eso te puede hacer transpirar un poco, especialmente si estás en un bluff. Si esto no te hace transpirar, por lo menos te va a poner incómodo tener a otra persona mirándote durante varios minutos. Es una estrategia, ¡es sólo eso!

Más a menudo, un jugador sabe con exactitud lo que va a hacer en los próximos cinco segundos. Lo puedes ver en las transmisiones del World Poker Tour y sus cámaras que lo ven todo. Hubo una mano en el World Poker Open en la cual Dave “Devilfish” Ulliot hizo una jugada con 52. El jugador al que le había subido fue all in y David se puso a pensar durante mucho tiempo (le tomó una buena cantidad de tiempo decidir si pagar o no) ¿Por qué hizo eso? Después de todo, David es un pro experimentado que sabía que pagar el all in no era buena opción. Entonces ¿por qué perder todo ese tiempo?

Bueno, hay varias respuestas posibles. Quizás él solo quería llevarse el pozo con una mano basura o, mejor, sólo trataba de hacerle las cosas un poco más difíciles a su oponente. Quería ponerlo nervioso y hacerlo pasar tres minutos duros antes de tirar su mano. Muchos jugadores en esta situación se sentirían aliviados al ver que Ulliot tiró su mano y su subconsciente les diría a sí mismos: “La próxima vez que quiera hacer alguna movida con ese tipo lo voy a pensar dos veces”.

Eso era lo que Devilfish quería para su oponente. Lo quería asustar. Quería que pensara que cada vez que intentara bluffear, tuviera que lidiar con cinco minutos de miradas y acecho. Eso es más de lo que un tipo común puede soportar en una mesa. Muchos de estos tipos, después de ese hecho, van a empezar a jugar de manera más sencilla y de esa forma facilitarles el control de la mesa a los pros.

No estés paranoico u obsesionado con respecto a los tells. No te focalices en eso. Recuerdo unos años atrás algo que me pareció bastante gracioso. Había varios pros que estaban jugando u$s 10- 20 en una mesa en el Mirage, en Las Vegas. Se veían descansados y listos para jugar. Los estuve observando durante algunas horas. Sus ojos estaban clavados en quien fuera el próximo en actuar. Miraban de arriba abajo a cada jugador, ¡estuvieran en una mano o no! Fue realmente divertido. Estaban tan obsesionados en averiguar cuáles eran los tells de las personas que se habían olvidado completamente de la acción en las manos (quién apostaba, quién subía). En vez de mirar la acción del juego y estudiar los patrones de apuestas, ¡se pasaban todo el tiempo tratando de averiguar si “la abuela Betty” realmente tenía un tic nervioso y ver si eso les revelaría sus cartas o algo así! Ellos tenían una gran pasión por el juego pero estaban perdiendo toda esa energía ejercitando los músculos equivocados.

Habiendo dicho todo esto, probablemente te quiera hacer entender qué es lo que realmente debes hacer con tus ojos y tus manos. Los grandes jugadores lo miran casi todo y tal vez tengan una habilidad innata para leer el lenguaje del cuerpo. No descartes los tells en tu repertorio, pero tampoco les des más importancia de la que merecen.

Tengo una regla simple cuando creo que estoy siendo acechado: cuanto más duro sea mi oponente, menos voy a hacer. Si me enfrento a un jugador débil, tal vez haga tells falsos y trate de manipularlo a mi favor. Quizá haga algún comentario dependiendo de lo que quiera hacer con su mente. Un gran jugador puede interpretar ese acto, entonces no le des nada de información. Si no estás haciendo nada y él sigue pensando qué tell podes llegar a tener, no te preocupes porque nunca va a poder “mirar a través de tu alma” y seguramente se tratará de otra estrategia de miedo.

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