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Cuando Deeb no se conforma con un brazalete

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Un simpático reto se le presentó al local Shaun Deeb en las jornadas de la World Series of Poker correspondientes al miércoles y jueves de la semana en curso. Al verse con un stack corto durante su intervención en el Evento #13, torneo Big Blind Ante $1.500 NLH, el estadounidense decidió inscribirse en simultáneo en el Evento #14: $1.500 NL 2-7 Lowball Draw, casi sobre el cierre del registro, en busca de avanzar hacia los cobros en alguno de los dos.

Aunque prácticamente daba por finalizada su opción en la primera de estas dos competencias, Deeb logró retomar el rumbo y mantenerse en competencia, lo cual lo obligó a a responder al tiempo por sus cartas en las dos contiendas de las que tomaba parte. Esa situación implicaba recorrer a toda prisa los corredores del Rio Casino, puesto que ambos torneos se programaron en salones distintos, separados unos 100 metros entre sí: el Pavilion y el Brasilia. Combinando sus habilidades mentales con una gran voluntad que le permitió superar sus carencias atléticas, derivadas de su evidente sobrepeso, Deeb logró jugar las manos precisas para meterse en el Día 2 de ambas competencias.

Ante el desgaste físico que le generó esa exigente dinámica en su desempeño, Deeb solicitó a la organización que programara sus dos compromisos al menos en el mismo salón. Si bien su solicitud fue atendida, la concesión no dejó de generar controversia entre sus rivales. El buen Shaun ha sido conocido en las mesas por exasperar a quienes juegan en su mesa, al incurrir continuamente en la práctica conocida en esta disciplina mental como slow roll, en la que un competidor suele tomarse más tiempo del que realmente debería necesitar para tomar decisiones que no son tan complejas, casi siempre en situaciones en las que será virtual ganador de una mano. Eso seguro habrá hecho que varios de sus oponentes de ocasión desearan seguir viéndolo correr de extremo a extremo del poker-room en el Rio, placer del que tuvieron que privarse por la benevolencia de la organización con Shaun.

La situación se hizo mucho más compleja para Deeb cuando alcanzó el 3-handed en el torneo de modalidad 2-7 Lowball Draw, en el que el cafetero Daniel Ospina logró la victoria final, consiguiendo un histórico primer brazalete colombiano en las WSOP. Por lo corto de la mesa y lo crucial de las manos, Shaun tuvo que dedicarse ya prácticamente de lleno a la definición de este evento, perdiendo así importantes ciegas cuando estaba entre los candidatos para llegar a la mesa final del Big Blind Ante $1.500 NLH.

Con esa evidente incomodidad, no resultó extraño que el estadounidense fuera el primero en caer en el Día Final del Evento #14 y se quedara al margen del 3-handed, aunque, para su consuelo, con un premio de 36.330 dólares. Lastimosamente, Shaun tampoco estuvo a tiempo de defender su stack son la fuerza necesaria para llegar a los cobros mayores del Evento #13, y allí se despidió en la decimosexta casilla, con un pago de 11.553 americanos, muy lejos aún de los 315.346 verdes que se reservan para el campeón.

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